Retazos de Hielo

domingo, 13 de abril de 2014

La estrella de la mañana VIII

No sé, pero yo no soy de obsesionarme con las cosas.
Todo es pasajero.
Lo que hoy os apasiona, mañana estará en el baúl de los recuerdos.
Pero la gente es feliz en ese estado de euforia efímera.

A lo mejor nos obsesionamos tanto con algunas cosas, que olvidamos lo que realmente merece la pena.
A todos nos gustan los juguetes nuevos, pero como los viejos no hay nada.

Algún día más de uno echará de menos lo que tenía en el pasado. Y cuando intente retroceder, se dará cuenta de que la vida es avanzar.
Que lo que tenía en el pasado ya no sigue estando donde lo dejó. 
Porque también ha avanzado, aunque en la dirección opuesta.
Y que ya no forma parte de su presente. Y puede que tal vez, y sólo tal vez, vuelvan a encontrarse en el futuro.
Pero ya nada volverá a ser como era entonces.


Me siento como un juguete viejo. No os voy a mentir. Ni voy a disimular.
Sólo se acuerdan de mí cuando se aburren, cuando les interesa, cuando les hablo.

Pues no pienso ponerle buena cara a nadie más. Estoy harta de ser la tonta.


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