Hoy hace exactamente ocho meses que murió mi abuela. Y dentro de diez días sería su cumpleaños.
Ahora mismo no me sale escribir otra cosa que no sea que la quiero y que la echo de menos.
Los días son más duros, difíciles y fríos ahora que no está ella. Pero sé que desde donde esté, nos cuida y no nos abandona.
No quiero olvidar su voz. Ni cómo era abrazarla. Pero aunque me duela, será inevitable con el paso de los años. Sólo tengo 21 años y me muero al pensar que voy a estar lo que me queda de mi larga vida sin ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario